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Mis inicios en el ramo inmobiliario

Julian Carreño

En el año 2006, sin experiencia en el ramo, inicié junto a mi hijo, un emprendimiento familiar relacionado con el área de ventas, reparación y mantenimiento de equipos de computación. Aprendí muchas cosas relacionadas con la tecnología y el comercio. Sin embargo, este emprendimiento duró hasta mediados de 2009, cuando situaciones adversas dieron como resultado el cierre del mismo.

En 2010 incursioné en un área que siempre me llamó la atención: el área inmobiliaria, la cual representó para mí un mundo nuevo que abrió las puertas a nuevas experiencias desde el punto de vista laboral. Ilusionado con la publicidad de una empresa inmobiliaria de renombre internacional ingresé como agente inmobiliario. Durante poco más de seis meses estuve recorriendo distintos sectores de la ciudad y poblaciones cercanas, estableciendo contacto con propietarios y propietarias de inmuebles, con personas interesadas en comprar dichos inmuebles, y con otros agentes inmobiliarios.

Las vivencias obtenidas fueron de gran provecho en lo personal, pero poco atractivas en lo económico; pues, a final de cuentas comprobé que mi función se reducía a captar inmuebles y mostrar inmuebles captados por otros agentes, mientras que el cierre de los negocios iban a parar al escritorio del dueño de la franquicia, y las comisiones debían ser compartidas, lo que me resultó poco llamativo.

En vista de ello, opté por finalizar mi contrato con esa empresa inmobiliaria, ya que no entendí porqué debía pagar para hacer mi trabajo. Al cabo de aproximadamente tres meses, me encontré con un respetado y apreciado amigo propietario de una inmobiliaria que tenía para esa fecha cuarenta años operando en el área; lo que representó para mí otra gran oportunidad de aprendizaje, y una gran fuente para nuevas experiencias;  pero esta vez directamente en la venta, alquiler y administración de inmuebles. Durante un año compartí el trabajo de captación de inmuebles, la atención y orientación a propietarios y clientes potenciales y el control en la administración y alquiler de inmuebles.

Estas vivencias me permitieron comprender la importancia del trabajo del agente inmobiliario tanto para las grandes empresas, como para las pequeñas agencias inmobiliarias. Ambos escenarios me enseñaron que lo mejor de todo en el campo inmobiliario, lo más importante, es convertirse uno mismo en su propio jefe, y en casos puntuales apoyar con nuestra experiencia, a quienes necesiten de nuestros servicios.

Otra cosa que pude comprobar a través de estas vivencias, es que para las grandes empresas inmobiliarias, el agente inmobiliario es un número, una cantidad, un productor de ingresos; mientras que para las pequeñas agencias inmobiliarias, el agente inmobiliario es la persona alrededor de la que gira la operatividad, es la persona que mantiene el trato directo con los propietarios y los posibles o potenciales clientes, y es la persona que gracias a su experiencia le ofrece soluciones viables a quienes requieren de sus servicios.

Otra cosa cierta es que las grandes empresas impulsan la imagen del agente inmobiliario junto con su marca; pero también promocionan su marca, a través de sus agentes inmobiliarios. Muy pocas agencias inmobiliarias pequeñas promocionan la imagen del agente inmobiliario, se enfocan más en su propia marca.

Mi aprendizaje en el campo inmobiliario está basado en la práctica; en el ensayo y error, en situaciones reales y en las orientaciones de personajes y casos de la vida real. Este tipo de aprendizaje, basado en el aprender haciendo me ha permitido observar el comportamiento del mercado inmobiliario desde 2010 hasta ahora. Muchos han sido los actores que he visto aparecer y desaparecer como consecuencia de los altibajos de la economía, la imprevisión, la improvisación y la falta de planificación para enfrentar la realidad cambiante como consecuencia de la evolución de la tecnología y el avance de la ciencia.

No se pueden obviar las crisis que están afectando inclusive hasta las sociedades más avanzadas y organizadas del planeta. Todo ello trae un fuerte arrastre que a la larga afecta, y seguirá afectando a aquellas empresas que apuestan al crecimiento. No se está hablando de economía de supervivencia; al contrario, se está haciendo referencia a la materialización de proyectos que buscan una mejora sustancial en las personas al afrontar las crisis futuras. Siempre habrá alguien dispuesto a vender; alguien dispuesto a comprar, y alguien dispuesto a alquilar un inmueble. Ante estas tres constantes existe la voluntad de romper paradigmas para lograr el despegue desde una plataforma bien conformada por excelentes y resistentes materiales; y esos materiales están conformados por una buena capacitación, experiencia, responsabilidad y compromiso reflejados a través de relaciones cordiales con los clientes, buen servicio, transparencia, y solución a sus requerimientos.

Vale la pena transcribir un fragmento de la crisis según Albert Einstein, extraído de https://www.ahs.com.uy/LacrisissegunAlbertEinstein.pdf. “No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. En la crisis nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar ‘superado’. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. En la crisis es donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.” Albert Einstein. 1789-1955.

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Por todo lo anteriormente expuesto, tomando en cuenta lo expresado por Albert Einstein acerca de las crisis y gracias a una invitación recibida de otro apreciado amigo, decidí combinar mi actividad docente con el ejercicio de la actividad aseguradora y la actividad inmobiliaria para impulsar la captación, venta, alquiler y administración de inmuebles dentro de la Compañía Inmobiliaria B&BSERVICA, ubicada en el estado Táchira-República Bolivariana de Venezuela; pero esta vez, formando parte como socio de la misma. La combinación de estas tres importantes actividades representa un reto interesante, ya que todas ellas tienen un común denominador: el trato con las personas dentro  de un mundo cambiante y competitivo; en especial dentro del sector inmobiliario, donde se requiere ofrecer a los clientes amplias opciones para el logro de grandes soluciones inmobiliarias. Con una buena planificación diaria, esos «espacios vacíos de tiempo», en lugar de dedicarlos al ocio, los dedico a el desarrollo de actividades productivas.

Espero que esta pequeña, pero importante reflexión sea del agrado de ustedes, y les sirva de estímulo para seguir adelante. Hasta la próxima entrega.

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